Anoche terminamos de recoger con esa mezcla de cansancio y nostalgia que es inevitable al final de las SETIC's. Esta es la cuarta para este cronista vampiro, lo que es una pequeña experiencia comparada con las que tienen los baterianos de pata negra, y aún así da vértigo pensar en la cantidad de noches que ha pasado ya uno al lado del escenario (bueno, y un par de veces, encima de él).
La velada había arrancado con una arenga de Manolo, que ayer estuvo espléndido. Agradeció el trabajo a los balterianos, que luego le rodearon en un abrazo, y exhortó a los presentes a hacerse socios, en caso de que no lo fueran, y a pagar la cuota en caso de que no lo hubieran hecho. "Dicen que soy un liante", dijo anoche, como si la cosa no fuera con él; pero a nosotros no nos engaña, es un liante de narices y gracias a eso tenemos un grupo de teatro que ha puesto en escena cinco espectáculos en los últimos días, y gracias a él los vecinos de Villabalter tienen teatro gratis en la puerta de sus casas desde hace catorce años. Con la cantidad de nombres extraños que tienen las calles de Villabalter, no me explico cómo no hay todavía una que se llame Manuel García.
La foto es una roña, pero no me resisto a ponerla.
Y luego comenzó el espectáculo hospitalario. La colaboración entre Abejonejos y Balterius '98 arrancó las risas del público, ayer numerosísimo, que aguantó hasta que un incendio arrasó nuestro hospital y hubo que evacuar al personal. Por las camas pasaron Lolita, Rajoy, Bertín Osborne y o Paco Martínez Soria, que fueron atendidos por el mismísimo Doctor House y sus secuaces y, cómo no, por dos de los balterianos de pura cepa (a ver si adivinan cuáles) metamorfoseados en Faemino y Cansado.
Como la España que nos toca vivir estos días es tan miserable como esperpéntica, no faltan elementos en la realidad que aprovechar en una improvisación teatral. Imagínense lo bien que cayeron entre el respetable el hombre de los recortes y el mismísimo Mariano Rajoy. Como ven, todo pura ficción, nada que ver con el mundo real...
Después del nuestra rifa, del pregón de fiestas y de un rollo bastante comedido del bueno de Ramón, empezamos a desmontar. Eran cerca de las dos de la madrugada cuando Quino bajó el último foco de la SETIC, aún caliente, como si fuera un corazón palpitante.
Como intuyo vuestra tristeza, os dejo aquí un canto a la emoción y al optimismo.
Canción para conjurar la tristeza del final de la SETIC
Y ahora, tras una semana larga de servicios, se despide este vampiro cronista. Como si fuera Mary Poppins, esta noche me elevaré sobre Villabalter y me dejaré guiar por la dirección del viento (y no me busquen en las fotos, que los vampiros no salen en ellas ni se reflejan en los espejos, por más que algún cabronazo me haya subido al maldito Facebook).
En fin, balterianos, gracias por haber formado parte de este sueño compartido que es el teatro. Un servidor solo ha puesto las letras de este blog; la música, la habéis puesto todos y cada uno de vosotros.
y ahora que leo yo mientras desayuno..... snif snif
ResponderEliminar