Balterius

Balterius

7 de agosto de 2012

Un vampiro feliz

Necesitaba yo anoche un poco de distancia, así que volé de madrugada hasta mi casa de las afueras. Ya se imaginan, ¿no? Típico rollito vampírico: mayordomo jorobado, puertas que chirrían, telarañas a tutiplén, espectros encadenados recorriendo los pasillos durante toda la noche. En fin, lo que viene siendo una casa.


(En realidad esta es una foto del piso piloto. Amigos, nunca compren sobre plano.)

Antes de llegar, me dejé caer por la Hermandad de donantes de sangre a ver si me daban un par de litros para ir tirando. "¿Viene a donar?", me preguntaron. "No, vengo a que me donen.", les dije "Bueno, pues siéntese ahí, que enseguida le hago la transfusión.", me ordenó una enfermera muy amable y, por cierto, bastante apetitosa. "Si no le importa, me lo pone para llevar." Me miró con cierta sorpresa, pero adivinó con buen criterio que yo debía de ser un cliente habitual, así que me trajo una bolsa.

En fin, el caso es que a eso de las dos de la madrugada ya me había acomodado en mi sillón junto a la ventana. Había vertido la mitad de la bolsa en un vaso ancho con hielo, sal, vodka, salsa Perrins, pimienta y unas gotas de tabasco para prepararme el más auténtico de los Bloody Mari's. Eché un vistazo a la prensa local y comprobé con desagrado que persiste en su fea costumbre de fusilarme los posts de este blog; así que tuve que apretarme un buen trago para conjurar la mala uva que me iba entrando. Por fortuna, se me deshinchó la vena del cuello. Era el momento perfecto para recrearse en los placeres de la vida teatral.

Y es que, aparte del sabor amargo de mi bloody mary, tenía en el paladar el regusto de la función que hicimos anoche en Villabalter. Era la tercera vez que veía El príncipe feliz y fue la mejor de las tres. Momentos así son lo que le hacen a uno enorgullecerse de ser integrante de la troupe balteriana.

Ya antes de empezar impresionaba ver la cantidad de público congregado: vecinos del pueblo, amigos y varias caras conocidas de la escena teatral leonesa se acercaron hasta el escenario para ver qué tal había salido el montaje balteriano de esta temporada. Jugábamos con la ventaja de que El príncipe ya estaba rodado.

Desde que nuestro dúo de trovadores, Sergio y Carlos, arranca con las primeras notas, la ternura se contagia entre el público. Jugamos en casa, y eso se nota. Bego, Leti, Aída, Yasmín y Sergio dan lo mejor de sí mismos (que es mucho) para que la obra raye a gran altura. 



El príncipe feliz es un pequeño puzzle formado por piezas bien diferentes, y siempre produce un intenso placer ver cómo se acoplan y encajan en un sólido conjunto. El director de la obra y los cinco actores habían formado ya parte de un elenco más numeroso en La barca sin pescador, y se nota esa compenetración entre ellos que solo se adquiere sobre el escenario.

Ayer los cinco estuvieron fantásticos. Nos emocionaron con sus personajes marginados detrás de las máscaras neutras, nos regalaron más de una risa con el estrafalario alcalde y su no menos peculiar familia, y nos devolvieron la dignidad con el mendigo que es el único capaz de ver la verdad desnuda.


Descontando el chasco por chubasco del primer día, esta va camino de ser la mejor SETIC de las que este cronista chupasangres ha visto. Y por cierto, la que está atrayendo a más público hasta nuestro escenario de la calle la Fuente.

Ya estaban los aperos a medio recoger, cuando Quino se me acercó sigilosamente y me susurró al oído: "Un camionero está recogiendo la lona de su camión. De repente, se levanta mucho viento. Pasa otro camionero y le dice: ¡Lalo, la lona! A lo que el primero contesta; ¡Pepe, Pepona!"

Después de aquello, me transformé en murciélago y eché a volar.

Hoy miércoles días 8 de agosto tenemos a las 19:00 y a las 22:30 cuentos a cargo de la sección juvenil de Balterius 98, comandada por el ya nada juvenil Sergio Martínez. El primer espectáculo es Cuentos infantiles y el segundo Si quieres saber, debes recordar. Presiento que estos dos montajes van a dejar huella. A las 23:30, Manuel Ferrero y Alfonso Salas nos traen su Salas de manualidades vivientes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario