Balterius

Balterius

10 de agosto de 2010

Higiene de la risa




Al igual que la música, el teatro es bueno (o no) con independencia de la clase a la que pertenezca: lo mismo da que sea clásico, del absurdo, clown o una agresiva performance en la que La Fura del Baus escupa al respetable. Así que aunque la función de esta noche tenía la etiqueta de infantil, fuimos unos cuantos los adultos que disfrutamos como niños del estreno mundial de Cuentos, risas y rock & roll que nos trajo hasta Villabalter Concedeclown.

La ventaja que tiene la risa es que te deja limpio por dentro. Algo así como echarte al coleto un bebedizo que, por el mismo precio, te embriaga y te agita un poco para recordarte que aún estás vivo. Y además sin dejar resaca. Espectáculos como los que pone en escena Concedeclown recuerdan lo mucho que necesita la gente reírse.

El teatro es la inmediatez, el contacto directo entre espectador y público. Casi se podría decir que el cine o la televisión no son más que cibersexo, mientras que el teatro es el sexo contante y sonante, carne sobre carne, sin sucedáneos ni distancia. Siempre me ha parecido, además, que subirse a un escenario solo tiene algo de quijotesco; alguien que se enfrenta a un reto desproporcionado, alguien tan valiente que intenta congelar el tiempo durante una hora. Y lo más increíble es que, si es bueno, lo consigue.

Y Chema López es bueno, por si alguien no lo había notado. Metamorfoseado en un célebre personaje leonés que lleva años intentando hacer sonar una flauta junto a la oficina de Correos (haced un poco de memoria, un plasta que seguro que os ha pedido una monedita miles de veces), Chema se subió al escenario y logró encandilar al público (mitad niños, mitad adultos sin ganas de serlo del todo) desde el comienzo. Tanto nos reímos que los controladores aéreos debieron asustarse y desviar el tráfico por Azadinos, porque esta noche no pasaron ni los aviones. Y que conste que la distancia entre reírse y emocionarse es mucho más corta de lo que suele parecer.

Hoy la SETIC se desplaza hasta el Centro de Referencia Estatal (CRE) de San Andrés del Rabanedo. Balterius 98 lleva allí su obra Esperando a Ramón a las 19:00.

3 comentarios:

  1. Totalmente deacuerdo, el teatro es como "el sexo contante y sonante", por eso despues de disfrutar de una velada como la de ayer, se queda uno tan agustito, jejeje.
    Unos fenomenos, enhorabuena a Concedeclown por su espectaculo. Para Chema un 10, como siempre.

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  2. Es verdad que era el propio roquero de correos!!

    Una noche en la que nos volvimos más niños aún (porque todavía lo somos) y disfrutamos como el que más. Como bien dices Gabriel, nos limpiamos por dentro y eso nos dejó un regustillo dulce que nos invitó a tomar el escenario, cuando solo los gatos paseaban por Villabalter, para disfrutar de la noche de San Lorenzo y sus lágrimas.

    Varios fueron los deseos formulados al son de la lluvia de estrellas, hasta que el camión de la basura nos recordó que la vida no para aunque nosotros estuviesemos en el limbo y nos invitó a irnos a casa. En otro tipo de embriaguez, pudieramos haber entonado las celebres palabras de Carlos Ann "la indecencia de la decadencia", pero como es embriaguez teatral solo podemos decir que aún estamos más vivos.

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  3. Buena comparación con el cibersexo y el cine, pero gracias al teatro aun estamos más vivos.
    Besos
    Lulu

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