Balterius

Balterius

8 de agosto de 2013

La alegría de ser balteriano

Los días pasan volando. Ayer me dijo un diaño "bueno, pues ya estamos casi a la mitad de la SETIC" y me dejó patidifuso. Le aclaré que estábamos únicamente en el tercer día de ocho, "tres octavos", añadí con afán de que la fracción zanjase el asunto. "Pues eso", me replicó el diaño "casi a la mitad de la SETIC". Amigos, no discutan con criaturas de la mitología local, no hay nada que hacer.

Antes de todo aquello habíamos vivido un día plagado de motivos de regocijo. Les cuento.



(Aquí retrato de la primera comunión. No me juzguen por la pajarita, los ochenta fueron años duros.)



Motivo de regocijo número uno: el trovador reparte CD's a diestro y siniestro (sí, a José Tomás y a Marilyn Manson, yo también me sé el chiste). Sale Un velero a la deriva, y esperamos que nuestro amigo, ebrio de Cortázar y de bohemia parisina, navegue lo más lejos posible, entre otras cosas porque se llevará un trozo de nosotros allá donde vaya acordeón en ristre.

Latidos. Solito Trovador

Se podría decir que, básicamente, existen dos tipos de personas: los que se emocionan leyendo el capítulo 7 de Rayuela y los que son unos onanistas en fase terminal. Huelga decir que, si bien en Balterius tenemos un poco de todo, nos sentimos mucho más cerca del primer tipo.

Motivo de regocijo número dos: la cantera balteriana se sube al escenario. Bajo la paciente dirección de Darío Corrales y Rosana Fernández, una caterva de rapaces de tamaño medio/bajo, nos cuentan chistes y adivinanzas y representan Riquete el del copete. Emociona pensar que llevan nuestro germen en su interior y que en unos pocos años veremos a muchos de ellos en casa de Gelo pasando los ritos iniciáticos de la secta balteriana. Mejor no calcular la edad que tendremos entonces algunos...


Los pequeños hicieron reir al público con chistes del más puro estilo balteriano. Se puede decir incluso que algunas de las jóvenes actrices han heredado el talento interpretativo que su progenitor utilizó en su carrera política.



Motivo de regocijo número tres: en nuestro tercer día del cuento tenemos aquí a los Guerreros de Finn en persona, pero lo mejor de todo es que...¡los guerreros de Finn somos nosotros! Infiltrados cual pérfidos romanos, unos cuantos balterianos se pusieron lanzas a la obra para dar vida a las leyendas susurradas bajo los tejos desde hace varios milenios.


Una de las grandes habilidades de Balterius en los últimos años es su capacidad de infiltrarse en cualquier lado con la silenciosa tenacidad de un retrovirus. Lo mismo aparecemos en un vídeo del Solito Trovador que en una película de Enrique Diego o en las luchas de astures y romanos de Astorga. Hay ya balterianos infiltrados en puestos de responsabilidad de numerosos organismos oficiales y empresas y llegará el día, no lejano, en que un balteriano sea papable.

Ayer el público permaneció mudo aprehendiendo la sabiduría antigua de los cuatro druidas que lograron canalizar la ira de la viuda astur. Sus voces resonaron en el silencio de la noche de Villabalter como latidos en el tiempo.

Hoy sí que llegamos al ecuador de la SETIC. Si quieren reirse un rato, pueden revisar la última comparecencia de Rajoy en el congreso. Pero si prefieren un divertimento más sano y que no provoque úlceras, hoy a las 22:30 en el escenario de la calle la Fuente Concedeclown nos trae su espectáculo Tachán, tachán 2.0. Allí nos vemos, allí nos mordemos.

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